No soy fan de las redes sociales. No veo las noticias. Rara vez veo algo en la tele (bueno, salvo el fútbol, claro), pero sí me gusta escuchar audiolibros y podcasts.
Como empresario (¡o simplemente como ser humano!), nunca deberíamos dejar de aprender. Siempre deberíamos buscar maneras de mejorarnos a nosotros mismos y a nuestros negocios. Pero soy exigente. No pierdo el tiempo escuchando contenido que es solo basura regurgitada o un libro entero de 4 horas que podría resumirse en una entrada de blog de 10 minutos. Tiene que ser bueno. Tiene que valer la pena. A mí me gusta la variedad. Algo donde cada episodio sea totalmente diferente, con un "experto" en algo que comparta no solo sus lecciones de vida y negocios, sino también sus historias y experiencias personales. Desde emprendedores y ejecutivos de alto nivel hasta biohackers, estrellas del deporte y psicólogos. Personas reales con historias increíbles, de forma sencilla y sin complejos.
No solo a mí me gustan los buenos podcasts. Desde su invención en 2003, los podcasts no han hecho más que crecer en popularidad, con más de 464,7 millones de oyentes en todo el mundo y más de 96 000 millones de horas de escucha al año. Pero los podcasts son como cualquier otra cosa. Algunos tienen muchísimo éxito, mientras que otros pasan desapercibidos.
Así que me puse a pensar: ¿qué hace popular a un podcast? ¿Son los invitados? ¿El formato? ¿Los temas? ¿Quizás el estilo profundo y personal de las entrevistas o la edición elegante? ¿Quizás haya un toque de suerte? Hoy en día, solo se necesita un episodio para volverse viral y, de repente, tu canal aparece en los feeds de millones de personas.
La verdad es que es todo lo anterior. Con un ingrediente mágico añadido: la estrategia. Los mejores podcasters del mundo saben que no es fácil. Hay que trabajar duro probando contenido, ajustando cosas y optimizando según los resultados. No dejan que los algoritmos los "seleccionen", ni suben su contenido a ver qué pasa. Los mejores podcasters hacen lo que todo buen empresario debería hacer: se fijan un objetivo y luego toman las medidas necesarias para alcanzarlo, probando cosas, escuchando lo que dicen los datos y ajustando su enfoque sobre la marcha. Estrategia, no suerte.
Así que mi pregunta es: cuando se trata de alcanzar tus metas en los negocios, ¿tomas acciones estratégicas diarias que te lleven adonde quieres llegar? ¿O lo dejas un poco en manos de la suerte? Es solo una reflexión... ¿Y qué opinas? Me encantaría conocer tus ideas..