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¿Alguna vez te has quedado varado en una isla?

No lo he hecho, pero casi lo hice la semana pasada cuando me encontré corriendo lejos de la isla Mersea antes de que el mar se tragara la carretera por completo.

Como saben, la semana pasada hice el largo viaje de Birmingham a Felixstowe para reunirme con algunos compañeros del transporte de mercancías y visitar los muelles. De camino a casa, decidí pasar por Colchester y visitar a Keith, un viejo amigo nuestro (y, de hecho, nuestro especialista en proyectos fuera de escala para Millennium Cargo). Vive por allí, en un lugarcito peculiar llamado Mersea Island. 

Nunca había oído hablar de este lugar, pero es una pequeña isla en Essex con unos 3000 habitantes. Keith sugirió que fuéramos a tomar una pinta. "Pero no te quedes ahí", advirtió, "tienes que salir de la isla a las cuatro y media o te quedarás atrapado aquí". Pensé que bromeaba. Resultó que no. Una vez al día, la marea sube y cubre por completo la única carretera de entrada y salida de la isla. Estamos hablando de 5 metros de altura. Sin puentes. Sin ferris. Solo mar. Así que allí estábamos, sentados en un encantador pub, mirando el reloj y el agua acercándose. 

Me encanta Birmingham, pero también entendía el atractivo de vivir en un lugar así. Las casas junto al mar eran impresionantes. Casas costeras de ensueño. Al parecer, Denise Van Outen tenía una, y Peter Shilton, el ex portero de la selección inglesa, también. Pero ahí está la cosa... Solo tenían un camión de bomberos. Un médico. No había comisaría. ¿Y si había una emergencia real? Los paramédicos llegaban en helicóptero. No había carretera. No había plan B.

Y me hizo pensar. La mayoría de las empresas son exactamente iguales. Tienen a una persona que sabe cómo hacer algo importante, tal vez fijar precios, gestionar cuentas o atender a clientes clave, ¿y si esa persona se enferma o se marcha repentinamente? Es como la isla de Mersea con la marea alta. Totalmente aislada. Por eso es tan importante tener un plan B. Implementa sistemas. Capacita a tu equipo. Comparte conocimiento. No dejes que las partes críticas de tu negocio recaigan sobre una sola persona. ¡Y trabaja con socios de confianza para tener equipos robustos y evitar puntos de fallo! 

En fin, salimos de la isla con minutos de sobra. Pero no olvidaré la experiencia en un santiamén. Si alguna vez te apetece visitar una isla con mucha adrenalina, Mersea merece la pena. Solo asegúrate de salir a las 4:30.

¿Y tú? ¿Cuál es tu punto de fallo? ¿Tienes un plan B? Me encantaría saberlo...