¿Alguna vez has visto 24 horas en Urgencias?
Uno de ellos te deja enganchado cinco minutos... y antes de que te des cuenta, ya llevas una hora, completamente enganchado a un pobre chico que se resbaló de una escalera intentando arreglar el techo de su cobertizo. A los británicos nos encantan los realities, ¿verdad? Bake Off, Strictly, incluso ese programa tan tonto donde todos se casan sin conocerse.
En fin, la semana pasada viví mi propio episodio. No se preocupen, ya estoy bien y no busco compasión, solo cuento la historia... Tenemos la suerte de tener atención médica gratuita aquí, y estoy muy agradecido por ello... pero no somos conocidos por la rapidez de la atención médica; cualquier visita a urgencias siempre significa una larga espera y mucho tiempo contando los minutos. Así que me preparé para esto. Preparé mi teléfono, mi portátil, mi Kindle... pensé en aprovechar la espera y ponerme al día con algunas cosas. Correos, quizás, un poco de lectura. Pero al final, ni siquiera los recogí...
Verás, terminé viendo gente, y qué espectáculo. Tíos entrando borrachos a trompicones. Alguien gritando sobre un accidente de moto. Un chico con el tobillo colgando en una dirección que no deberían. Otro entró con la cabeza chorreando sangre... Pero entre todo el ruido y el caos, algo realmente destacó. El personal. No se inmutaron. No perdieron la calma. Simplemente siguieron adelante: tranquilos, seguros, lúcidos. No había tonterías. Todos sabían lo que hacían, dónde tenían que estar y qué tenía que pasar a continuación. Todo fue rápido, pero de alguna manera organizado. Se notaba que no era su primer rodeo.
Sí, terminé en urgencias durante casi 8 horas, pero fue por la gran cantidad de personas que atendían, no por sus procesos ni por un fallo del equipo. Los sistemas eran impecables. La comunicación era perfecta. ¿Y el trabajo en equipo? Eso fue lo que realmente me impresionó. Todos trabajando juntos, con calma, en equipo y sin ningún problema, pasara lo que pasara.
Me hizo pensar: ¿qué ocurre cuando todo se descontrola en tu mundo? Cuando la presión aumenta y las cosas no salen según lo planeado, ¿puede tu equipo mantener la calma y seguir adelante? ¿Tienes a las personas adecuadas en los puestos adecuados o es una especie de caos? Y, lo que es más importante, ¿saben todos lo que significa "estar bien" cuando las cosas se tuercen? Porque, siendo sinceros, cualquiera puede mantener la calma cuando todo marcha bien. Pero cuando la presión aumenta, es entonces cuando se ve de qué están hechas realmente las personas y los equipos.
¿Cómo gestionan el caos los tuyos? Me encantaría saber qué opinan...